martes, 30 de agosto de 2011

¡¡Noticias breves!! (Por una vez)


Estos días, por ser los primeros están pasando muchas cosas y me es difícil encontrar tiempo para subir los post (cuando tenga tiempo no tendré nada interesante que subir ya veréis), así que está entrada va para resumir un poco el último fin de semana y todas las cosas importantes que hice en él (en realidad, importante, importante ninguna, pero hay que darse algo de aires que si no… :P)

Visita al estudio de grabación

El viernes fuimos a la grabación del primer capítulo de la segunda temporada de Joey and Melissa, que se realizaba en los estudios de la CBS, aunque la serie es de la ABC Family. No tengo fotos, porque no nos dejaban llevar la cámara pero os puedo decir que es bastante impresionante, no por lo grande sino por lo bien ordenado y organizado que está todo. La organización es cuanto menos sorprendente, ya que a pesar de que son un montón de personas trabajando juntas, todas sabes qué tienen que hacer y cuando tienen que hacerlo y cumplen su cometido a la perfección.

La grabación fue bastante divertida, el único problema es que como las escenas tenían que repetirse varias veces pues a la 3 vez, la broma (porque la serie es una comedia) ya no es tan divertida. Aún así las 5 horas de rodaje se me pasaron volando y ¡nos dieron pizza! Como veis, hay comida muy sana aquí. Además, había un animador que era el que nos entretenía mientras se hacían cambios de escenarios, se preparaban los actores, los jefes tomaban las decisiones… y la verdad es que el hombre lo hacía muy bien y aún nos echamos unas risas. Ah, también bailamos (en los descansos nos ponían música).

La visita me sirvió para darme cuenta de que no quiero hacer nada relacionado con dirección, me parece superaburrido además de que no tengo ningún tipo de talento para ello. Me gusta más la parte organizativa, o incluso trabajar en algún equipo de decorados, castings... algo así. Pero bueno, como este semestre tengo una asignatura donde mi trabajo es ser productora, ya os contaré si me gusta la experiencia :)


Mudanza
Andrea acorralada por nuestras cosas

Nos mudamos a nuestro nuevo piso el sábado, que era el mismo día que nos traían los muebles de Ikea. Como siempre, cuando vinieron a traernos los muebles aún no estábamos, así que tuvimos que posponer dos veces la entrega de los mismos. Finalmente, llegamos al piso y nos trajeron los muebles sin mayor problema. Yo ya los tengo todos montaditos y en breve os enseñaré una foto de la habitación, a poder ser cuando esté un poco más recogida :P El sábado firmamos el contrato del piso también y fuimos a Walmart, que es el paraíso de los pobres, para comprar las cosas necesarias como una lámpara, sábanas, toallas, utensilios de cocina…. Vamos, un fiestón de día.
Por cierto, para veais que rápido se acostumbra uno a la vida americana, el sábado cenamos pizza, muy rica por cierto, el domingo tomamos pizza en nuestro brunch (breakfast+lunch, un desayuno-comida vamos) y cenamos hamburguesa. ¿Alguien duda que voy a necesitar dos asientos para volver a casa?
El resultado final de mi habitación

Barbacoa de bienvenida

El domingo se celebraba en el campus una barbacoa de bienvenida a la que Andrea y yo fuimos. Nos dieron comida gratis, hamburguesas como no, y el ambiente era bastante distendido, con música, gente comiendo, se podían hacer algunas actividades… Nosotras nos reunimos con los internacionales, que le vamos a hacer somos unos sectarios, y estuvimos de cháchara toda la tarde. Fue un día tranquilito pero al menos me sirvió para conocer un poco más a mis compañeros y socializarme que ya me hacía falta. Tampoco tengo fotos de eso porque la cámara se quedo sin batería :(
 
P.D: Si quereis imaginaros como es todo, pensad en una película americana. Aquí la vida si es como las películas
P.D2: En breve (conociéndome eso será en una semana) subiré una entrada contandoos como fueron mis primeros días de universidad y subiré otro video ya que tienen tanto éxito
P.D3: Si quereis que os llame, mandame un número de fijo y la hora a la que quereis que os llame en un privado por tuenti (recordad que aquí son 9 horas menos)
P.D4: Este finde me voy de acampada al parque Yosemite and it's gonna be awesome!! pero eso significa que no estaré disponible hasta el martes. ¡No me echeis mucho de menos!
P.D5: Tengo un hueco en mi habitación y no se que poner en él, se aceptan ideas baratas para la decoración
Para que os hagais una idea de como es el espacio :P

lunes, 29 de agosto de 2011

Dos españolas al borde de un ataque de nervios



Es por todos sabido que cualquier persona que se precie necesita un lugar para vivir y yo no iba a ser menos, que por mucho que viva en California, dormir en la playa no es tan cool como parece. Hoy, voy a intentar explicaros la odisea que ha sido conseguir un piso, por si alguna vez os vais a vivir fuera vayáis preparados mentalmente.

Nuestra búsqueda de piso empezó hace varios meses, estando todavía en España. Andrea y yo buscábamos y seleccionábamos pisos por internet que se adaptaran a nuestras limitaciones (no muy caro y no muy lejos porque yo no tengo coche). La verdad es que no le poníamos mucho empeño en la búsqueda pero los pocos pisos que encontrábamos decentes, nunca contestaban nuestros emails. Esto debería habernos dado una pista de lo difícil que sería conseguir piso, pero nosotras, ingenuas e inocentes, todavía no nos dábamos cuenta.

Hacia finales de julio principios de agosto, Gina nos dijo que durante las dos primeras semanas de agosto nos podíamos quedar en su casa por un módico precio (200$ cada una, gastos incluidos). A nosotros se nos abrió el cielo porque de esta forma podíamos preseleccionar los pisos en España y ya una vez en USA verlos en persona y arreglar todos los papeles necesarios.

Confiadas de nuevo seleccionamos nuestros pisillos y nos venimos para América. ¡PUM! Primer problema, muchos de los pisos seleccionados que tenían un precio aceptable estaban en ghettos, de ahí el precio aceptable, y llamadme tiquismiquis pero eso de tener que preocuparme de que no me peguen un tiro en mi propio barrio no me acaba de convencer. Así que a ponernos a buscar de nuevo pisos en los que nuestra vida no corriera peligro.


Muy bien, buscamos pisos otra vez y vamos a ver algunos. Por suerte el tercero que vemos es perfecto, el piso es pequeñito pero acogedor, no es muy caro, tiene autobús directo a la uni, así que decidimos quedárnoslo. Durante el fin de semana, (vimos el piso un viernes, pagamos el depósito el martes), tuvimos dos momentos de crisis absoluta:
  • El piso venía son nevera e incautas de nosotras pensábamos que una nevera no sería muy cara. Empezamos a mirar precios, y de segunda mano, la más barata estaba a 700 dólares. Obviamente no podíamos pagarla. Intentamos buscar soluciones, como pagarla a plazos o incluso vivir a base de minineveras o echar hielo en la bañera y mantener la comida ahí, pero por suerte, encontramos una empresa que alquilaba neveras por 30 dólares al mes, lo que en 10 meses suponía unos 300 dólares, un precio mucho más razonable.


  • La zona donde estaba el piso pasó de ser aceptable a no muy buena, a horrible. Cómo no teníamos ni idea de las zonas buenas y malas en Long Beach empezamos a preguntar a la gente de aquí que opinaban de esa zona. La mayoría decía que no era una zona muy buena y que íbamos a querer mudarnos de allí lo antes posible. Nosotras acojonadas claro, porque aquí todo el mundo tiene armas y las sacan en menos de dos minutos. Yo ya estaba pensando que me iba volver a España con algún agujero de más. Sin embargo, como buena periodista que soy (ja!) empecé a buscar información sobre la zona y accedí a los registros de criminalidad de la policía, que demostraron que en realidad no era tan mala zona, los únicos delitos registrados eran robos y poco más. Así que decidí quedarme en el piso tan tranquila y guardar el dinero en sujetador al salir a la calle :P
 Bien, tras un fin de semana estresante buscando otras opciones, pensando si nos lo quedamos o no nos lo quedamos, finalmente y en contra de la opinión popular decidimos quedarnos el piso. Ahora hay que pagar el depósito (voy a ahorraros mis momentos de estrés con tarjetas de crédito que no funcionan, límites de dinero al día, búsqueda de bancos…), por lo que nosotras llegamos tan felices el martes con el dinero en efectivo. ¡PUM2! No aceptan dinero en efectivo, solamente aceptan Money Order, que son como una especie de cheques que consiguen en los supermecados, de forma que tú pagas el dinero en el supermercado y ellos te dan este Money Order por el valor que sea. Se supone que así se evitan robos y estafas por parte del trabajador pero es un coñazo impresionante. Como no nos daba tiempo a hacerlo el martes tenemos que volver el miércoles a pagar pero aprovechamos ese viaje, para tomar las medidas de la nevera que nos iban a traer el jueves. Para tomar las medidas tuvimos que comprarnos un metro de 8 dólares y enviárselas a la chica de la nevera por email.

Ya estamos a miércoles, hacemos el Money order y llamamos a la compañía de la luz y el gas para saber cuándo nos lo van a instalar en casa. Con la luz por suerte no hay ningún problema, ya se pone a funcionar inmediatamente, sólo que por no tener número de la seguridad social tenemos que pagar un depósito de 75$ (duele). Con los del gas nos dicen que a demás de pagar el depósito tenemos que ir hasta sus oficinas a presentar en pasaporte, para así poder demostrar nuestra identidad, tócate las narices, como si yo no fuera yo. Los de internet nos dicen que aunque no tengamos que pagar depósito tenemos que pasarnos por allí también para hablar de los detalles.

Nos lo tomamos con filosofía y decidimos que dedicaremos el jueves a hacer todas estas gestiones ya que Andrea ya tenía su coche y podíamos movernos con más libertad. El jueves fue nuestro día grande, todo el mundo debería tener al menos una vez en la vida un día como nuestro jueves, ya veréis os va a encantar.

Nos levantamos temprano, sobre las 8, para acelerar los trámites. De repente nos llaman los de la nevera que en 30 minutos nos llevan la nevera a casa, a pesar de que nos habían dicho que nos avisarían con una hora de antelación. Empezamos a agobiarnos porque el coche de Andrea está todavía ilegal, sin registrar ni seguro ni nada y queríamos hacer eso primero antes de empezar a usarlo, pero si la nevera llega en media hora no nos da tiempo.

Llamamos a la gerente, para que nos haga el favor de abrirles la puerta a los de la nevera y que ellos nos dejen los papeles necesarios, que luego se los enviamos por fax. El problema es que la casera nos había dado las dos copias de las llaves a nosotras y la otra copia la tenía el del mantenimiento que no llegaba hasta por la tarde, así que no había forma de que les abriera el piso. Nosotras ya todas aceleradas, yendo al coche para intentar llegar allí y abrirles la puerta a los paisanos. Nos montamos en el coche, y el coche no funciona, se le había agotado la batería. Estamos ya a punto de cortarnos las venas, porque no encontramos forma de bajar hasta el piso y abrirles a los de la nevera cuando, por arte de magia, nos llama la gerente y nos dice que ha encontrado otra copia de las llaves y que les puede abrir ella. Ya respiramos un poco más tranquilas.

Ahora que el tema de la nevera está solucionado parcialmente, nos empezamos a preocupar por el coche, porque si no funciona, no podemos hacer ninguna de la gestiones que teníamos para ese día. Cerca de la casa hay un mecánico, así que fuimos hasta allí a pedirle ayuda. El hombre que era mejicano, muy agradablemente vino con su coche hasta nuestra casa para intentar cargar la batería. Comprobó que la batería funcionaba correctamente y nos dijo que seguramente se había descargado porque teníamos una bombilla de dentro del coche fundida y que si se quedaba encendida no lo veíamos. Además nos dijo que tenía unos mangos desgastados y que necesitaríamos cambiárselos (80$) y que teníamos que cambiar uno de los retrovisores porque nos habían robado un espejo. Además nos atornillo la matrícula que se nos iba cayendo.

El coche estaba listo o por lo menos lo suficientemente listo como para sobrevivir el día, pero íbamos conduciendo ilegalmente y sin un retrovisor, lo ideal para pasar desapercibidas. A pesar de todo nos ponemos en marcha, Andrea un poco cagada porque era la primera vez que conducía sola por la zona, pero con ánimo. Nuestra primera parada es la gasolinera, donde, por supuesto, ya la liamos parda, porque no sabíamos que gasolina necesitaba el coche ni como había que ponerla, ni como abrir el depósito. Aquí es todo self-service pero el gasolinero, muy amable y muy latino también, no vino a echar una mano ante la clara falta de capacidades por nuestra parte.

Coche listo, gasolina lista, nos ponemos ya en marcha y vamos a la autopista. Conduciendo ya por la autopista a 100 km/h nos damos cuenta de que llevamos el maletero abierto, así que ya nos ves a nosotras parando en un arcén de la autopista y bajando a cerrar el maletero. De nuevo, pasando desapercibidas con nuestro coche ilegal. Ya estamos otra vez preparadas para ponernos en marcha pero no podemos incorporarnos a la autopista, porque hay demasiado tráfico y no nos da tiempo a coger la velocidad necesaria para incorporarnos. Nosotras nos lanzamos, hacemos la 13/14, casi provocamos un accidente (con nuestro coche todavía ilegal) pero al final estamos de vuelta en la autopista.

Llegamos al piso y vemos a nuestra flamante nevera. Después de la mañana que llevamos y eso que son sólo las 11, nos emocionamos mucho de que algo nos salga bien, y claro nos emocionamos demasiado pronto. ¡PUM3! Al ir a abrir la nevera, nos damos cuenta de que no se puede abrir porque la puerta de la nevera choca con el mesado de enfrente de forma que no podemos acceder a la nevera. Genial, tenemos una nevera que no podemos usar. Llamamos a la chica de la nevera y nos dice que nos la cambian sin problemas pero que tenemos que esperar hasta el 7 de septiembre, ¡dentro de dos semanas! Bueno, durante dos semanas utilizaremos únicamente el congelador, vale, puedo vivir con eso.

Siguiente parada, el gas. Por suerte, en este caso, el papeleo del gas se soluciona rápidamente a excepción del hecho que tenemos que pagar un depósito de 75$ por no tener el número de la seguridad social, condición estúpida teniendo en cuenta que somos extranjeras y no trabajamos en este país, por supuesto que no vamos a tener ese número.

Así es como utilizaremos la nevera estas dos semanas
Tras solucionar lo del gas decidimos volver a casa a comer un poco e intentar descansar, antes de empezar la segunda ronda por la tarde. Comemos tranquilas descansamos un ratito y nos ponemos a buscar en google como llegar a las oficinas de la empresa de internet. Nos ponemos en marcha, pero por el camino pillamos hora punta y un tráfico de mucho cuidado por lo que nos quedamos atascadas durante un rato. Cuando al fin llegamos a la dirección, con media hora de retraso y ya preocupadas por no llegar antes de la hora del cierre, resulta que nos perdemos ¡PUM4! Tenemos menos de media hora para llegar a las oficinas de la empresa de internet, estamos en la zona donde deberían estar y somos incapaces de encontrarlas, maravilloso. Nos pasamos 20 minutos de arriba para abajo buscando las oficinas, con la presión de no llegar a tiempo. Finalmente y casi por casualidad, llegamos al sitio a la seis menos cinco, o sea cinco minutos antes del cierre. El chico que nos atiende, otro latino por cierto, muy amable nos hace el contrato pero nos dice que hasta el martes no nos instalaran internet, lo que significa que voy a pasarme el próximo fin de semana sin internet, agua caliente ni nevera. ¿Alguien quiere añadir algo más a mi miseria?

Después otra vez marchamos corriendo a Ikea para encargar las camas, colchones y todos los muebles necesarios. Allí perdimos 3 horas pero al menos conseguimos comprar los muebles importantes y que nos los trajeran el sábado para poder mudarnos. Por fin, al terminar en Ikea volvimos a casa. Total solamente habían pasado 13 horas de estrés y agobio, ¿quién necesitaría un descanso?

P.D: Siento las pocas fotos, pero es lo que hay, estaba muy estresada para sacar fotos :P

miércoles, 24 de agosto de 2011

Porque hay principios que son mucho más que comienzos...


 Tras una semana de andar de aquí para allá sin orden ni concierto, por fin llego el lunes 22, el día de nuestra orientación en la universidad. Ese día teníamos que presentarnos a las 8 (mátame camión) en el edificio Bront Hall, que para los que no sepáis donde está (:P) viene situándose en la mitad del campus y es donde se encuentran casi todas las oficinas importantes. Llegamos tarde como siempre y ya había unas cola de unas 40 personas delante nuestra, así que nos toco esperar.

La verdad es que estaba un poco nerviosa porque el campus es enorme, pero un enorme tamaño americano así que lo imaginéis como lo imaginéis multiplicadlo por 5 y eso será una medida aproximada a como es de grande el recinto. ¡Qué tienen una puta pirámide en mitad del campus! Ante semejante despliegue de grandiosidad y comparándolo con los espacios reducidos en los que estoy acostumbrada a moverme (dicho así parece que vivo en una caja de 2x2 :P) podéis imaginar que estaba un poco intimididada.
¡Una jodida pirámide, en serio, una pirámide!
 
Tras esperar la cola de las 40 personas, nos registramos y nos pusieron una etiquetita con nuestro nombre y lugar de procedencia. Nos juntaron en grupo y nos dirigieron a otro edificio donde nos iban a dar una charla separados en grupos pequeños. Coincidencias de la vida, la chica que nos daba la charla era Ine, nuestra consejera allí y a la que tenemos que dirigirnos si nos surge cualquier problema. Ine es muy simpática y muy divertida y básicamente intento que nos relajáramos un poco y que dejáramos de preocuparnos por todo el papeleo que todavía nos quedaba que era bastante. Ella nos explicó que a partir de ese momento nos quedaban tres trámites importantes: el check-in, la revisión médica y matricularnos.

El check-in consiste en presentar en el departamento de estudiantes internacionales, toda una serie de papeleo para demostrar que estamos legales en el país y comprobar que todo es correcto. Además de porque es obligatorio, esa revisión la hacen porque según parece los funcionarios americanos de los aeropuertos son un poco cazurros y tienden a equivocarse en cuanto a qué sello poner, invalidando los papeles y jodiendo al pobre estudiante, eficiencia americana señores.

La revisión médica consiste básicamente en demostrar que, aunque venimos del tercer mundo (de verdad, hay americanos que piensan que en España no tenemos internet ni carreteras asfaltadas) no traemos nada contagioso y podemos convivir con otros ciudadanos de bien.
Mi papelito de bienvenida


La matrícula es otro trámite complicado, especialmente en mi caso por dos motivos: uno, las asignaturas de cine están muy solicitadas (según parece tiene muy buena fama la universidad en ese campo porque aquí estudio Steven Spielberg, ahí es na) y dos, la mayoría de las asignaturas necesitan o haber hecho otras antes o permiso del departamento para poder hacerlas. Así que de las 5 asignaturas que quiero hacer, para cuatro de ellas tengo que pedir permiso y estoy pendiente de los profesores de que me acepten o no, además 2 de ellas ya están cerradas, es decir, en principio no aceptarían más gente, por lo que tengo que rogarles a los profesores por una siento. Por ahora me han contestado dos profesores, uno muy majo diciendo que estaría encantado de tenerme en su clase y otra un poco más seca que decía que me pasara por la clase haber si había sitio y después ya hablaríamos. Los otros dos no han dado señales de vida, pero espero que lo hagan pronto, en algún momento de esta semana, para poder tener ya seguro a que clases voy y a cuáles no.

Tras esta reunión del grupo pequeño, (llamado grupo pequeño de forma irónica porque éramos unos 75) nos juntaron a todos en una especie de salón de conferencias, enorme por supuesto, donde había mesas redondas, cada una asignada con un número. Cada uno de nosotros teníamos asignado un puesto en alguna de esas mesas y además nos tenían preparado una especie de buffet libre para el desayuno, con varios tipos de magdalenas y zumos.
Mi boli corporativo

En la sala de conferencias, nos dio la bienvenida el decano, todo muy formal, diciéndonos que éramos los representantes de nuestros países y nuestras universidades y que éramos unos pocos escogidos de gran valía… vamos nos hizo un poco la pelota. Justo después hablo la representante de la policía del campus, porque aquí no tienen seguridad, tienen a miembros de la policía trabajando para ellos que nos explicó un poco como deberíamos dirigirnos a un oficial en los estados juntitos (todo muy básico) y nos hablo del servicio de escoltas del campus, ya que según parece a partir de las 6 de la tarde y hasta la 1 de la madrugada puedes solicitar un escolta para que te acompañe hasta el coche. Vamos, ni que fuera yo, la reina de saba, para necesitar escolta. Los últimos en hablar fueron los representantes de la asociación de estudiantes internacionales que nos invitaron a unirnos a su club (aquí hay clubs para todo) y nos dijeron que el 16 de septiembre se celebraría una barbacoa a la que estábamos todos invitados. Ellos hicieron un sorteo en el que regalaban material corporativo peor a mi no me toco nada :S Para compensar nos regalaron a todos un boli de la csulb y un vale de 7 euros para cualquier restaurante de comida, porque aquí en el campus tienes de todo, subway, pizzería, Starbucks… En realidad es como una miniciudad. 
 
Vienen impresas las calorías de tu comida

Tras darnos los regalitos, nos dejaron marchar y Andrea, yo y otras 4 chicas decidimos ir a comer al subway, que con el vale de 7 euros nos salió muy bien de precio. Estuvimos de cháchara intentando conocernos un poco y la verdad es que eran muy majas, el problema es que son todas de zonas donde el inglés es lengua materna (Inglaterra, Australia…) y juegan con ventaja a la hora de comunicarse y hace que mantener una conversación sea un poco frustrante. A pesar de todo eran majas, aunque no puedes fiarte porque esto es como una convención de solteros, todo el mundo pone su mejor cara hasta que pilla a alguien. Hay que saber venderse :P

Al terminar la comida fuimos a buscar nuestra identificación de universitarias, la cual es vital para mí porque me permite coger el autobús gratis J y ya nos recogió Gina para ir a tomar algo con sus amigas. Acabamos en el Panama’s Joes como el sábado y allí nos pasamos el resto de la tarde.
 
P.D: Si quereis ver una visita guiada por mi campus, aquí

We are gonna rock this club


 

Desde el principio de los tiempos, que viene siendo sobre el momento que nos enteramos que íbamos a venir a Long Beach, todos estudiantes internacionales (en realidad somos estudiantes de intercambio pero internacionales suena más fashion) habíamos hablado en un grupo que tenemos en facebook (¿somos o no somos molones?) sobre hacer una reunión antes del día de la orientación para conocernos todos.

La idea por supuesto fue superapoyada y todos estábamos muy emocionados con el hecho de por fin llegarnos a conocernos. Sin embargo, a pesar de los 3 meses que han pasado desde que se propuso la idea y como suele pasar cuando intervienen 85 personas para tomar una decisión, llego el día acordado (sábado 20 de agosto) y todavía no había un plan definido.

Todo el mundo proponía sitios y planes pero nadie tomaba la voz cantante y se decidía por uno, así que nos dieron las 5 de la tarde cuando habíamos quedado a las 8 sin saber a dónde íbamos a ir. Jon Lombardi, un americano que lleva un poco las actividades de los estudiantes extranjeros, ofreció su casa para hacer unas prebebidas, que pese al nombre, no os dejéis engañar, de pre no tiene nada. Las prebebidas consiste en quedar para beber en una casa como se ha hecho toda la vida, pero estos americanos tienen que buscarle un nombre a todo :P

Yo era muy partidaria de las prebebidas porque dado que aquí no puedes beber hasta los 21 y son muy estrictos con eso, tenía altas posibilidades de no poder entrar en cualquier otro bar o sitio en el que se quedara. Y no penséis que estoy exagerando, porque el otro día Gina, que tiene 21 años ya cumplido fue a cenar a un local de estos que son muy típicos aquí en plan bar-disco-restaurante y le pidieron el carnet antes de entrar. Como ella tenía el carnet caducado, no pudo pasar ni siquiera al restaurante aunque tuviera los 21 años cumplidos, y su amiga, que cumplía años al día siguiente, si quería pasar tenía que esperar hasta las 12 de la noche para poder entrar. Así de estrictos son.

Con ese panorama ya os podéis imaginar que no las tenía todas conmigo a la hora de que me dejaran entrar a un bar. Sin embargo, el plan en casa de Jon Lombardi no tuvo mucha acogida y se acordó quedar en Panama’s Joe a las 9, que es una bar-disco-restaurante. Para que os hagáis una idea de a que me refiero tenéis que pensar en un local divido en dos partes, una tipo bar y otra tipo restaurante y en ambas partes a partir de las 9 de la noche se pone la misma música que en una discoteca a un volumen muy elevado. Os enseñaría una foto pero no tengo :P
La chica que organizó la reunión en el Panama’s Joe dijo que era un local para todas las edades pero Gina que tampoco se fiaba mucho, dijo que era mejor que llegáramos antes de las 9 que era cuando empezaban a pedir los carnets. Sin embargo, nos retrasamos como siempre y llegamos justo a las 9 y el chico de la puerta me pidió una identificación. Yo se la enseñe de mala gana pensando que ya me habían jodido la noche, pero el chico al ver el pasaporte español se emocionó tanto (aquí los españoles tenemos muy buena fama) que no se fijo en mi fecha de cumpleaños y pude entrar sin ningún problema y por supuesto pedir alcohol. Nunca me sentí más orgullosa de ser española.

Nosotras fuimos las primeras en llegar, así que nos sentamos en la mesa que teníamos reservada y fuimos pidiendo, aprovechando que estábamos todavía en la happy hour (que en realidad suele durar 2 o 3 horas). Las happy hour son muy comunes aquí y consisten en que durante un periodo de tiempo, generalmente 2 horas, todo o casi todo es a mitad de precio. Lo genial del asunto es que casi todos los restaurantes tienen happy hour por lo que comer suele salir realmente barato, a excepción del hecho de las propinas, que tienes que dejar unas propinas enormes. ¡Ni que tuviera yo la fortuna de Paris Hilton! Aunque algo hay que decir en su favor, normalmente cuando dejas buenas propinas te tratan muy bien, por ejemplo en el Panama’s Joe a Andrea le dieron la cocacola gratis (fue la única que no pidió alcohol) y nos trajeron una fuente enormes de entrantes para comer también gratis. Otro puntazo, es que el agua es gratis, por lo que yo casi siempre me pido agua, primero porque hay que ahorrar y segundo porque no tienen fanta!!! ¿qué clase de país no tiene fanta?

Poco a poco fue llegando la gente y sentándose a la mesa. Al principio era fácil recordar los nombres e intentar seguir la conversación pero a medida que llegaba más gente y la música subía de volumen era muy complicado hacerse entender por lo que las conversaciones se centraban en las preguntas básicas: nombre, procedencia, estudios.

(Uno de los grandes éxitos de la noche)

Las siguientes horas pueden resumirse en un mix de conocer gente, bailar e intentar retener algún nombre, en lo cual puedo deciros que fracasé miserablemente. Lo único que saque en claro de la noche es que hay mucho alemán en Long Beach, que hay gente todavía más perdida que yo y que en general todos parecen bastante majos. El único problema es que casi todos se quedan solo por un semestre por lo que en un par de meses tendremos que empezar todo el proceso de conocer gente otra vez. Lo más destacable es que en un momento de la noche, todos acabamos con un sombrero de papel de cocina en la cabeza bailando la canción de Suavemente. Me gustaría tener una explicación racional para ese suceso para no perder la poca dignidad que me queda pero, tristemente no la tengo. Ni siquiera puedo culpar al alcohol porque la mayoría de nosotros a penas bebimos.


La noche paso bastante rápido lo cual no de extrañar teniendo en cuenta que a la 1:30 nos echaron del local porque iban a cerrar. Sí yo tampoco podía creerlo cuando nos paso. Todo el mundo empezó a dispersarse, unos fueron a una discoteca a la que yo no podía ir por no tener 21 (no iba a tentar a la suerte dos veces el mismo día), otros se fueron para casa y algunas parejitas desaparecieron en la oscuridad de la noche. Nosotras decidimos que ya era suficiente por hoy y nos fuimos a casa como buenas niñas.

domingo, 21 de agosto de 2011

On my way or no way


Tras semejante subidón de adrenalina en la iglesia, teníamos que bajar de nuevo al centro de la ciudad, sin embargo no podíamos hacerlo en un taxi, porque era muy difícil hacer que uno subiera hasta allí para buscarnos. Así que utilizamos el servicio público-privado de la ciudad de Tijuana, digo público-privado porque los autobuses allí, como cualquier servicio público funcionan muy mal por lo que los taxis grandes, se especializan en hacer un determinado recorrido y tú te vas subiendo y bajando donde te parece, pagando un porcentaje previamente estipulado. 
Para llegar al centro para comer tuvimos que coger dos de estos bus-taxi que de nuevo no tenían cintos de seguridad y que cada vez que pillaban un bache, lo cual era bastante a menudo, sonaban como si se fuera a acabar el mundo. Fue todo una experiencia, especialmente porque los barrios por los que pasábamos no parecían muy amigables, más bien parecían del tipo, voy a secuestrarte y a robarte los órganos en cuanto te descuides, pero de nuevo hay muchas diferencias, porque en una distancia de menos de 1 kilómetro pasabas de la pobreza más absoluta, al centro de la ciudad con altos edificios, calles bien pavimentadas, gente bien vestida y un montón de dinero. 
Allí, como el peso está tan bajo en el cambio con dólares sales ganado de sobra y en el cambio con euros ni te cuenta, por lo que por poco dinero puedes vivir bastante bien. Nosotros en el centro comimos en una marisquería superfashion donde la comida nos salió por 45 dólares a los tres y el sitio era para verlo. Todo muy elegantemente decorado, tenías un camarero sólo para ti, te servían nachos de aperitivo gratis, te traían en carrito de los postres, en el baño te daban un periódico para que leyeras mientras hacías tus necesidades… Vamos una pasada, bueno o no tanto, pero los de bichita no estamos acostumbrados a estos lujos :P 

Tras terminar de comer, cogimos otro taxi hacia la zona turística de Tijuana. En el trayecto hablamos con el taxista que nos explicó un par de cosas sobre Tijuana y sobre México: 

1º No quieres estar a partir de las 8 de la noche en la calle a no ser que vayas buscando droga o quieras ser un objetivo para los ladrones 
2º Nunca, bajo ninguna circunstancia acudas a la policía. Están tan corruptos que no merece la pena. El taxista nos contó que a él le robaron una vez e intentó ir a la policía a poner una denuncia. La respuesta de la policía a su intento de justicia fue: “Da gracias que no estás muerto” 

Cuando llegamos a la zona turística, la gente no paraba de acosarnos para que compráramos cosas. Las calles estaban bastante vacías de turistas y Alejandro nos explicó que muchos negocios habían tenido que cerrar porque debido a la crisis y la peligrosidad, los americanos habían dejado de ir a Tijuana, quien puede culparlos. Pasamos el resto de la tarde caminando hacia la frontera y viendo la ciudad, o al menos la parte turística de ella. 
Sobre las 7 decidimos ir definitivamente a la frontera y cuando llegamos allí había una cola que daba la vuelta a la calle, por suerte avanzaba bastante rápido y en 45 minutos llegamos hasta el control. Para entrar en EEUU los controles eran mucho más estrictos, ya que además de la cola de 45 minutos, al entrar en el edificio te avisaban de que tu comportamiento y conversaciones estaban siendo grabadas. La verdad, Andrea y yo estábamos preocupadas porque teníamos nuestra visa y pasaporte así que suponíamos que no tendríamos ningún problema. Nada más lejos de la realidad 
La cola para entrar en USA

Al llegar junto al chico que tenía que revisarnos los pasaporte, él muy amablemente nos dice que nos falta un papel y que vayamos a la parte de permisos para hablar con ellos a ver que solución nos dan. Nos vamos corriendo a permisos, no saltamos toda la fila y hablamos con otro ilustre funcionario americano que nos dice que tenemos dos opciones o dejar el pasaporte en la frontera y cuando lleguemos a los Ángeles ir a inmigración, presentar el papel que nos falta y pedir que nos devuelvan el pasaporte, lo cual era un lío porque estaríamos indocumentadas sobre una semana, o la otra opción es que Alejandro, que sí podía pasar, fuera hasta a casa a buscarlos. 

Decidimos que la mejor opción era que Alejandro fuera a buscar nuestros papeles a casa aunque eso supusiese esperar 6 horas, las 3 del viaje de ida más las tres de vuelta. Así que sin más dilación Andrea y yo, nos sentamos cerquita de la valla para sentirnos más seguras, y nos dispusimos a esperar. La verdad nos dio tiempo para hablar de todo, hacernos preguntas extrañas y hasta para comprarnos al Cosmopolitan y echarnos unas risas a costa de la revistita. El único problema que teníamos era que las horas pasaban, nosotras no teníamos chaqueta y al hacerse de noche hacía frío. Así que Andrea y yo decidimos marchar a la búsqueda y captura de una manta para abrigarnos un poco. 

El antes
Tuvimos que cruzar el puente de vuelta a Tijuana y pillamos el chiringito de las chaquetas justo antes de cerrar. Nos estafaron un poco, pero ya se sabe que la gente se aprovecha en tiempos de necesidad, así que nos tuvimos que aguantar y comprarla. Por el camino también compramos unas galletitas para ir matando el hambre. 

Al volver a la frontera, un guardia muy malhumorado no quería dejarnos sentarnos de nuevo al lado de la valla, así que nos mando a territorio mejicano otra vez. Debía tener miedo de que bajo los abrigos lleváramos una bomba o algo. Por suerte, hubo cambio de turno y el siguiente guardia era un filipino muy majo, que sabía algo de español. El hombre se apiado de nosotras y nos dejo sentarnos de nuevo en territorio americano de forma que estuviéramos más seguras, porque a esas alturas ya era de noche y la frontera se había quedado prácticamente vacía. 
El después (no, no puedo salir bien en ninguna foto)

Por suerte, Alejandro llegó antes de lo esperado, sobre las 10:30, porque Yolanda, la madre de Gina, hizo la mitad del camino con nuestros papeles, ahorrándole a Alejandro 3 horas de viaje. Ya con nuestros papeles pasamos de nuevo dentro del edificio, un poco asustadas por si teníamos algún otro problema más. Sin embargo, esta vez no solo no tuvimos ningún problema sino que la chica no quiso ¡ni ver los papeles! ¿para eso perdimos 4 horas de nuestra vida atrapadas en una frontera? Esto sólo pasa en América. 

Llegamos a las 12:30 a casa después de un día agotador y excitante en Tijuana, a pesar de la buena experiencia no creo que vaya a volver pronto :P



Curiosidades:
Sus stops son altos
Utilizan muchas series americanas para publicitarse

Título ligeramente cambiado :P
Descuentos en drogas :)